Beneficios psicológicos del masaje
Conoce los beneficios psicológicos que te reporta un masaje
Entre los múltiples beneficios del masaje, debemos hacer también alusión a los beneficios psicológicos del masaje, unos beneficios que muchas veces soslayamos y que son inherentes al acto del masaje.
El masaje es una herramienta perfecta para aportar bienestar y confianza, estas sensaciones o sentimientos, se generan de forma natural al recibir un masaje.
En nuestra sociedad cada vez tendemos más a reprimir nuestras emociones, sentimos quizás dificultades para expresarse…
Entre los beneficios psicológicos del masaje, debemos hablar de esta dificultad para expresar emociones de muchos pacientes, este “bloqueo emocional” es algo que nos va desequilibrando en nuestro estado general de salud (cuerpo, mente… y mucho más…).
Estos problemas para expresar emociones afectan en gran medida al sistema nervioso autónomo, de esta manera ese estado de bloqueo emocional acabará afectando tanto a los órganos internos como a la estructura corporal.
Sin duda cuando este bloqueo existe también de forma paliativa encontramos en el masaje una herramienta en base a los beneficios psicológicos del masaje
Los beneficios psicológicos del masaje en estos casos se explican desde diversos prismas, los diversos prismas y los beneficios psicológicos del masaje enfocados a cada una de las diversas terapias de masaje y su concepción de salud, enfermedad, energía…
Retomando el tema de los bloqueos emocionales que impiden expresar los sentimientos, podemos entender los beneficios psicológicos del masaje, si entendemos que la consecuencia directa de ese bloqueo es una gran descompensación energética, una descompensación que actua como inhibidora de las funciones vitales.
Retomando el tema de los beneficios psicológicos del masaje, debemos entender que además de los beneficios obtenidos por contrarrestar mediante el masaje los consiguientes bloqueos en base a esa carencia absoluta de expresividad de los sentimientos, carencia que sin duda altera en una gran medida nuestra actividad diaria, estos bloqueos o carencias también por extensión afectan directamente a los músculos, unos músculos que van generando tensiones, contracturas, en ocasiones desgarros y que incluso pueden afectar directamente al corazón, las glándulas…