Cómo hacer un yogurt de soja casero
Como elaborar yogurt de soja y kéfir de soja en casa de forma sencilla en menos de un minuto
Aprende cómo hacer un yogurt de soja casero, además verás cómo hacer kéfir de soja sencillamente. Descubre los beneficios del yogurt y kefir de soja.
Esta sabrosa opción, más económica, sencilla y práctica de preparar en casa, no contiene colorantes, saborizantes ni conservantes artificiales.
Es una excelente alternativa al yogur regular para personas que deciden no consumir leche y/o derivados lácteos o que tienen algunas restricciones dietéticas, tales como:
- intolerancia a la proteína de la leche;
- Intolerancia a la lactosa.
Los ingredientes del yogur de soja: descubre sus beneficios nutricionales:
Bebida de soja: buena fuente de energía, proteína, fibra y ácidos grasos. Rico en minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio y zinc. Contiene vitaminas B6, B12, D, E y K.
Probióticos: ayudan a equilibrar la flora intestinal (microbiota), mejorando la capacidad del organismo para absorber los nutrientes…
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Cómo hacer yogurt de soja casero en menos de un minuto
Receta para Yogurt de Soja con densidad y textura similar al Kefir:
Ingredientes
1 L de bebida vegetal de soja
1 cápsula probiótica con fermentos de yogur (S. thermophilus, L. bulgaricus)
Preparación:
Llevar a ebullición durante 1 minuto;
Deja que se enfríe a unos 37ºC;
Agregue el probiótico y revuelva;
Colocar en frascos, sin tapar, y poner en la yogurtera durante 8-10 horas;
Retire, cubra los frascos y coloque en la nevera.
Cómo hacer un yogurt de soja casero: La Receta para Yogurt de Soja con densidad y textura similar al Kefir más sencilla de todas (Kéfir de Soja):
No será un autentico Kéfir ya que su sabor será muy dulce y no ácido, si deseamos ese sabor ácido del Kéfir deberemos añadir otro tipo de cepas probióticas, incluyendo en ellas levaduras como Sacharomyces y Candida…
Una jarra del tamaño que se deseé… 1 litro, 2…
Se debe comprar un yogurt de soja. Si habitualmente consumes este tipo de yogures busca el que mejor te sabe… Ya que proporciónn de las bacterias de yogurt «madre» serán las que fermenten tu futuro yogurt y lograrás un sabor bastante similar.
Añade el yogurt o medio yogurt de soja en la jarra, calienta la leche (bebida de soja) a unos 50º y vierte el contenido en la jarra, remueve bien y tápalo con un film y sujétalo con una goma. Si hace frío puedes taparlo con paños o ponerlo en una nevera de playa o similar para que conserve el calor o al menos que lo vaya perdiendo más lentamente. Una vez pasadas unas 8 horas puedes remover de nuevo e introducirlo en la nevera tapado. En unas 24 horas tu yogurt de soja estará listo y con una densidad similar al Kéfir.
Si conservas siempre un poquito de ese «Kéfir de Soja» podrás continuar haciendo lo mismo repetidamente. Con el resto de la jarra calientas leche de soja a unos 50 grados, la añades, remueves bien y vuelves a dejar reposar 8 horas el «kéfir de soja» y lo vuelves a meter en la nevera…
Consejo: Con algunas bebidas de soja el resultado final será más sabroso que con otras bebidas… particularmente el sabor del Kéfir de Soja mejora con lechas de soja enriquecidas con calcio y vitamina D.
Receta para Yogurt de Soja con densidad y textura de yogurt lacteo normal:
Ingredientes
1 L de bebida vegetal de soja
1 cucharadita de agar-agar
1 cápsula probiótica con fermentos de yogur (S. thermophilus, L. bulgaricus)
Gelatina de frutos rojos (opcional)
Preparación
Diluir el agar-agar en 150 ml de bebida vegetal a temperatura ambiente;
Coloca el resto de la bebida vegetal en una cacerola y agrega la mezcla anterior;
Llevar a ebullición durante 1 minuto;
Deja que se enfríe a unos 37ºC;
Agregue el probiótico y revuelva;
Colocar en frascos, sin tapar, y poner en la yogurtera durante 8-10 horas;
Retire, cubra los frascos y coloque en el refrigerador.
Tiempo de preparación: unos 5 minutos antes de colocar en la yogurtera
Cantidad: 8 personas
Información nutricional*
Por 100 g Por ración (125 g)
Energía (kcal) 55 69
Proteínas (g) 3 3,75
Hidratos de carbono (g) 6,7 8,4
Lípidos (g) 1,7 2,1
Fibra (g) 0,64 0,8
A todas estas variedades le puedes añadir complementos como agua de coco, coco rallado, arandanos, frambuesas… asi mismo podrás endulzarlo con miel, ágave, mermeladas…
Disfruta de tus yogures de soja caseros o de tu Kéfir de Soja casero y sencillo.
Beneficios de bebidas probióticas como el yogurt de soja o el Kéfir de Soja:
Este tipo de bebidas fomentan la salud intestinal favoreciendo el equilibrio entre cepas beneficiosas y la inevitable presencia de microorganismos dañinos.
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Una ecuación muy simple denota este desequilibrio: los microbios potencialmente dañinos, que también habitan en el intestino, se multiplican hasta el punto de superponerse en el juego de influencias sobre los benefactores. Una de las formas de evitar que esto suceda o revertir la situación es invertir en probióticos, bacterias reconocidamente beneficiosas que se pueden encontrar en yogures, leches fermentadas, quesos, además de cápsulas y sobres.
Según los estudios; las dosis adecuadas de estos seres microscópicos ayudan a repoblar la microbiota, esta vez con «individuos bonachones». Para mantenerlos en forma y asegurar su colonización también entran en juego los prebióticos, fibras que no podemos digerir. “Sirven como alimento para los probióticos”.
Las relaciones y banquetes realizados en el interior del vientre y sus reflejos en el cuerpo han ido ganando tanta importancia que exigen su necesidad de conocer y valorar el trabajo de estas bacterias. A continuación, verá cómo afectan la inmunidad, el corazón e incluso la salud mental.
1. Baja inmunidad
Hay un efecto clásico de los probióticos: agudizar nuestro sistema de defensa, la llegada de bacterias al intestino despierta las células de defensa, que, en el susto, todavía no saben si los animales son realmente aliados. “Este mecanismo mantiene el sistema inmunológico activo y más apto para reaccionar contra los microorganismos causantes de enfermedades”, explican los estudios.
Existen otras acciones que contribuyen al blindaje contra agentes infecciosos, las células de defensa que reconocen el virus de la gripe pasan a vivir más tiempo cuando el individuo toma un probiótico presente en la leche fermentada, por ejemplo, durante el tiempo suficiente para pasar el invierno.
2. Problemas intestinales
Teniendo en cuenta que el 70 % de la microbiota se encuentra en la región intestinal, es natural que veamos un impacto directo allí. Actualmente, los probióticos y simbióticos forman parte del tratamiento del estreñimiento.
Hay bacterias, como Bifidobacterium animalis, presentes en ciertos yogures, que incitan a los movimientos peristálticos. Ellos son los que hacen avanzar las heces. “La bola fecal se transporta, pero no se licua. Por eso no hay diarrea”, los probióticos también son útiles contra el popular intestino permeable. Diversos estudios señalan que ciertas bacterias reducen el tiempo de diarrea así como las visitas al baño.
3. Obesidad
Los científicos saben desde hace mucho tiempo que la microbiota de una persona obesa es diferente a la de alguien con un peso saludable. Y un microorganismo que está presente en las personas delgadas ha entusiasmado al grupo de investigación, Akkermansia muciniphila ya que la bacteria redujo entre 40 y 50% la ganancia de masa corporal entre las cobayas, pero ojo esta cepa no se comercializa por considerarse peligrosa.
En los experimentos, su efecto se conservó incluso cuando se calentó a 70 °C. Una gran diferencia, porque los alimentos con probióticos ahora se refrigeran para asegurar la supervivencia de las bacterias.
4. Enfermedades bucales
Aquí, puedes contar con dos formas de actuar. Una es indirecta: cuando los probióticos llegan al intestino, minimizan la inflamación, lo que mejora el estado de las encías y alrededores. Pero la cavidad oral tiene su propia microbiota. De ahí que algunas bacterias tengan un impacto directo (y local) en problemas como la caries y la periodontitis.
En estudios diversos se observó que asociar el tratamiento estándar de la periodontitis con suplementos de probióticos mejoró la respuesta de los pacientes a la intervención. Además, el riesgo de que la enfermedad regrese habrá disminuido. Para prevenir el problema que puede estropearte los dientes, dice que puedes apostar por los yogures y las leches fermentadas, siempre que tengan un bajo contenido de azúcar.
5. Colesterol y presión arterial
En aquellos asuntos que aquejan al corazón, los hallazgos son incipientes, pero apasionantes. La ciencia revela que algunas cepas de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium serían capaces de asimilar el colesterol en el intestino. Esto reduciría los niveles disponibles para la absorción por el cuerpo, pero dice que se necesitan más estudios para confirmar este resultado.
Otras pruebas muestran que ciertas bacterias tienen la capacidad de inducir la producción de sustancias que regulan la presión arterial, otro factor de riesgo para el corazón.
6. Trastornos íntimos
La candidiasis y la vaginosis representan casi el 90% de las molestias más comunes en mujeres en edad reproductiva. Lo peor es que suelen ser recurrentes. Y los antibióticos y antifúngicos son menos efectivos.
Una forma de evitar esta resistencia es poner en juego los probióticos. Al ingerirlos a través de suplementos, es posible cambiar la flora intestinal y, así, colonizar beneficiosamente la vagina. Por lo tanto, los microorganismos dañinos no encuentran ninguna abertura para proliferar.
7. Irritaciones de la piel
Tener un intestino regulado, con la fuerza de los probióticos, también hace que la piel sea más vibrante. Es así porque las toxinas que interfieren con la barrera de agua de la piel, por ejemplo, terminan siendo eliminadas. Con esto, hay menos lugar para las arrugas, la piel seca… Pero las bacterias buenas tienen otras ventajas en el área dermatológica. Existen cepas, ya disponibles en sobres para tomar, que combaten la dermatitis atópica.
Los probióticos, en este caso, ayudan a contener el proceso inflamatorio que conduce a las lesiones cutáneas. En la misma línea, según nuevos estudios, algunas bacterias aún se enfrentarían al acné. Para aprovechar estos efectos, el consejo es mantener una ingesta frecuente de probióticos. De lo contrario, la microbiota vuelve a su estado natural, programado allí al comienzo de la vida. Pero es probable que pronto tengamos cremas con estas bacterias.
8. Cáncer
Se especula que la prevención de la disbiosis, es decir, el predominio de bacterias dañinas en la flora intestinal, reduciría el riesgo de tumores, en particular los colorrectales. Es porque allí tendríamos menos inflamación, lo que, con el paso de los años, puede predisponer a la enfermedad, en este sentido, sería bienvenida una dieta equilibrada que contuviera alimentos con probióticos.
Hoy, en la práctica, también se ve la indicación de bacterias buenas durante el tratamiento de tumores. Al indicarlos a los pacientes quirúrgicos, el estudio vio menos complicaciones infecciosas, además de menor uso de antibióticos y estancia hospitalaria, la medida también demuestra ser útil para paliar las reacciones adversas de la quimioterapia y la radioterapia.
9. Estrés y ansiedad
Nadie duda de que existe una conexión directa entre el intestino y el cerebro. Por lo tanto, existe una tendencia a vincular los probióticos con impactos en el sistema nervioso. Algunas bacterias producen moléculas precursoras de serotonina y estimulan la liberación de gaba. Son neurotransmisores asociados al control de la ansiedad y al sentimiento de felicidad.
Sin embargo, los estudios están en camino de confirmar tales efectos. Todavía se debate el papel de los probióticos contra el Alzheimer, el Parkinson y la depresión, así como los trastornos que afectan a otras áreas del cuerpo. Hay un universo ilimitado de posibilidades.