Un estudio realizado en Estados Unidos encuentra la relación entre que las mujeres duerman en la oscuridad y que estas cuenten con una menor probabilidad de desarrollar la obesidad.
Este estudio se basa en la comparación de estas mujeres con aquellas que duermen con la luz encendida o la televisión conectada.
Un buen hábito de sueño totalmente a oscuras puede ayudar a perder peso. En base a estudios anteriores que ya habían demostrado en sus conclusiones la importancia de mantener una regularidad en nuestro reloj biológico. Mantener ese ritmo bien regularizado se torna en vital para poder evitar la obesidad y sin duda muchas otras enfermedades. Patologías asociadas a la propia obesidad que pueden resultar severas como podría ser la diabetes.
Para regular este ritmo interno cobra importancia el hábito a la hora de acostarse, así como el respetar las condiciones ideales para poder tener y gozar de un sueño tranquilo y sin duda reparador tal y como viene postulándose desde hace hace mucho por las medicinas tradicionales, la naturopatía…
Nuevamente la medicina tradicional recibe una nueva evidencia de su valía a través de recientes estudios, ahora podemos ver la importancia para la salud de prácticas habituales en naturopatía y otras medicinas tradicionales que apostaban por mantener el ambiente totalmente oscuro para disfrutar de un sueño optimo.
Según el citado estudio que ha sido realizado por los prestigiosos Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, el dormir con algo de luz podría ser un factor desencadenante que ayudaría a favorecer la obesidad en las mujeres de mediana edad o en las mujeres de avanzada edad.
En dicho estudio se habla también de la luz artificial, por ejemplo la luz que emite la televisión puede afectar la calidad del sueño y según este reciente estudio va a aumentar las probabilidades de padecer obesidad y otras enfermedades inherentes a la obesidad.
Cabe reseñar que en dicho estudio los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos evaluaron a casi 44,000 mujeres sanas de entre 35 a 74 años. Después se las sometió a un total de seis años de seguimiento, las mujeres que dormían con la televisión o con la luz encendida tenían un significativo 22% más de probabilidades de sobrepeso y un 33% de obesidad.
El estudio demostró una asociación como afirmó el Dr. Yong-Moon Park «apagar las luces a la hora de acostarse podría reducir las posibilidades de que la mujer sufra de obesidad».
En 2005 un estudio que se realizo en laboratorio con ratas demostró que en el caso de las mutaciones en un gen circadiano causaban obesidad incluso mientras se mantenía una dieta normal. En el estudio las ratas además veían incrementados los niveles de colesterol alto, glucosa alta y producción insuficiente de insulina.