Uso de ibogaína para las adicciones
Actualmente investigaciones científicas han demostrado que la ibogaína, sustancia que proviene de un arbusto africano del Congo y Gabón, tiene las propiedades curativas para tratar las adicciones; aliviando los síntomas de abstinencia permitiendo el buen funcionamiento de la neuroquímica del cerebro.
¿Para qué se utiliza la ibogaína?
Puede ser utilizado para las adicciones de cocaína, heroína, alcohol, nicotina, metanfetaminas, entre otros, siendo no adictiva con propiedades antidepresivas ofreciendo la sensación de bienestar. La ibogaína es empleada por algunas clínicas privadas de América Central y México, siendo ilegal en Estados Unidos y algunos países de Europa.
¿Qué es la ibogaína?
La ibogaína es un alcaloide indólico psicoactivo preparado en dosis para atacar las adicciones, ya que permite la producción de serotonina y la dopamina, la recaída de los pacientes se reduce al 15% ante un 70% de otros tratamientos. Esta sustancia contribuye a disminuir el deseo a las adicciones y a la desintoxicación; y en algunos casos es utilizada para tratamientos terapéuticos.
Efectos de la ibogaína
Los efectos de esta sustancia son alucinógenos permitiendo la estimulación del sistema nervioso, donde los pacientes pueden vomitar, sentir vértigo, insomnio o pueden sentir la capacidad reducida de coordinar sus movimientos; algunos estudios la relacionan con problemas cardíacos pudiendo resultar mortales. Sin embargo, son muchos los científicos que buscan convertir esta sustancia en un tratamiento de desintoxicación común, ya que la ibogaína permite que el paciente sufra menos.
Tratamiento para las adicciones a drogas
Es vital controlar las cantidades de ibogaína que se consumen. Este tratamiento también es utilizado como terapia para tratar la depresión o trastornos de estrés post traumáticos. También se usa para alivio de los síntomas del síndrome de Tourette, y en algunos casos también como tratamiento para el Parkinson.
Recomendaciones
Adicionalmente, a este tratamiento, es importante posteriormente comer frutas y verduras, realizar ejercicios, beber mucha agua, masajes, consumo de vitaminas (A, C y las del complejo B), descansar, y en algunos casos algún tratamiento de psicoterapia, como acompañamiento.
Es importante, evaluar la realización de este tratamiento si se tiene un mal estado de salud, problemas cardíacos, enfermedades gastrointestinales, del sistema nervioso o en estado de gestación, ya que sus efectos en estos casos, siguen en estudio y evaluación.
Esther R.
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