La fatiga crónica es una enfermedad compleja y de difícil diagnóstico, pero Eduardo Gómez Utrero, especialista en Neurofisiología y responsable de la Unidad de Fatiga Crónica de Vithas Internacional, asegura que el taichí puede mejorar los síntomas del paciente que la sufren.
A nivel mundial la fatiga crónica la padecen al menos el 3% de la población, los cuales sufren de cansancio generalizado, con alteraciones de estado de ánimo, problemas cognitivos, trastornos del sueño, dolores e infecciones recurrentes.
“El origen de esta patología parece vincularse con un desajuste del sistema inmunitario muy relacionado con el estrés. Determinados factores genéticos también pueden influir en su aparición, ya que genéticamente hay personas que muestran menos capacidad de respuesta al estrés. Sin embargo, no podemos olvidar la epigenética, es decir, el efecto que los cambios ambientales producen en nuestros genes”, ha dicho el experto.
El taichí no solo supone una multitud de ventajas en los sistemas y partes del cuerpo que habitualmente pueden mejorar con otros ejercicios, sino que también afecta a la circulación de la sangre y la tensión arterial, gracias a los movimientos suaves; a la digestión, porque activa el funcionamiento intestinal; e incluso al sistema nervioso, pues la realización unificada de movimientos repercute en una tonificación equilibrada de este sistema, y favorece la capacidad de atención y la calma.
Por su parte, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, en los Estado Unidos, el taichí alivia el dolor, la fatiga, la rigidez y el bienestar de los pacientes con artritis reumatoide. En esta investigación se muestra que el taichí es adecuado para todos los tipos de artritis, desde la fibromialgia a la artritis reumatoide, pasando por la osteoartritis.
La particularidad de esta disciplina consiste en combinar de forma armónica los tres fundamentos en los que se sustenta, y que son el movimiento corporal, la concentración mental y la realización de una respiración consciente.
Lo importante para mejorar la fatiga crónica es mejorar el aporte de oxígeno a los tejidos y promover las rutas metabólicas más eficientes, según se requiere en cada caso.
Esther R.
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