El masaje y su historia: Origenes del masaje asiatico
HISTORIA DEL MASAJE: DESDE EGIPTO AL NEOCLASICISMO
La cultura egipcia es de obligada mención puesto que sus faraones y diosas, consideraron siempre a sus sacerdotes como el bien más preciado que poseían. Éstos dominaban el don de curar a sus pacientes mediante aromaterapia, manipulaciones, cromoterapia, uso de ceras, resinas… Todas estas terapias provocaban el fervor de sus pacientes, si bien en estos tratamientos empleaban un gran número de sustancias alucinógenas, las cuales dominaban. Podríamos hablar pués de unos sacerdotes pseudo chamanes en la cultura egipcia.
Masaje en Grecia
En Grecia empleaban el arte del masaje como ritual de mantenimiento físico, en especial para los preciados deportistas. Fueron los creadores del gimnasio, de hecho su aportación fue mas allá y crearon los juegos olímpicos (776 a. C.). Se veneraba mucho el culto del cuerpo y las mujeres se hacían baños y tratamientos terapéuticos. Homero, filósofo griego, en su obra «La Iliada y la Odisea«, hablaba de como la alimentación, el ejercicio y los tratamientos terapéuticos manuales eran aplicados a héroes de guerra como Ulises, que después de la batalla a las puertas de Troya solicitaba masajes. Estos tratamientos les aportaban a los guerreros relajación y elevado rendimiento físico. En torno al 500 a. C, nace Hipócrates, el cual es hoy en día considerado como el padre de la medicina, fue sin duda uno de los mas férreos defensores de la práctica del masaje, siendo este sobretodo acompañado de aceites y hierbas.
Enseñó a sus alumnos cómo dar masajes, insistiéndoles mucho en la importancia de la palpación, el tacto y la observación. A este fecundo autor se le atribuyen más de cien libros entre las diversas publicaciones de medicina, masajes e hidroterapia. Citas célebres de Hipócrates son:
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“Yo tengo en gran estima a todos los que lo descubrieron y a los que me sucedan. Y de generación en generación contribuyen con su trabajo al desarrollo del arte manual de curar”.
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“Deja que el alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
Masaje en la cultura celta
En la cultura celta se conjugan un gran número de técnicas naturales sobradamente documentadas habiendo sido desarrolladas por ellos, durante su mayor esplendor (del 800 al 100 a.C. aproximadamente) y posteriormente en los países celtas no romanizados, que conservaron su cultura hasta nuestros días. Muchas de estas costumbres han llegado así hasta nuestra era, si bien algunas de ellas han tenido paralelos o continuación en otros pueblos también con raíz común Indoeuropea, siendo algunas incluso erróneamente otorgadas a romanos o helenos. Encontramos en el estudio de dicha cultura técnicas que nos resultarán familiares y atribuibles en principio a otros pueblos, sin embargo están sobradamente documentadas en la cultura celta.
Masaje en Roma
La cultura romana, fundada en torno al año 753 a. C., fue invadiendo y adueñándose de forma paulatina de Grecia. Naciendo tras esta conquista militar el Imperio Romano, sus ejércitos fueron poco a poco invadiendo la parte sur de Europa, África del Norte y Asia menor.
Como imperio puramente militar, carecían de cultura propia por lo cual copiaban e incluso asumían como propios muchos de los avances, costumbres y creencias de los pueblos conquistados. Un buen ejemplo de esto es la adopción de médicos, filósofos, artistas y poetas de la cultura griega. En algún caso estas «adopciones» se volvían puramente plagios, pasando incluso a la historia como «tradiciones» romanas.
En otros casos romanizaban las costumbres añadiéndole o quitándole elementos a fin de aparentar mayor “autenticidad”. Esto pasó, por ejemplo, con el baño, el cual era un acto paralelo al del masaje, pero los encargados de su aplicación eran romanos y egipcios, ambas actividades lograron, eso sí, un gran auge gracias a los baños y termas públicas, extendiéndolos a lugares como África del Norte donde no existía esta costumbre (no existen datos) antes de la llegada de la invasión romana. En torno al año 150 a.C, se piensa que Galeno crea la primera crema de la historia mezclando agua, aceite vegetal y cera de abeja, la cual empleó para dar masajes.
Por un lado debemos a este Imperio la extensión de determinadas técnicas hidroterápicas, debiéndole también por desgracia el nivel de degeneración que alcanzaron las técnicas manuales y quizás el primer precedente histórico, de la aún extendida en la actualidad, doble connotación sexual del masaje en Occidente, lo cual provocó por aquel entonces que la iglesia romana no viese estas técnicas con buenos ojos y posteriormente fuesen prohibidos estos métodos de curación.
Esto se explica fácilmente si tenemos en cuenta que, el propio Homero en su obra “La Odisea” cita y hace mención expresa haciendo hincapié en la extrema belleza, así como a lo ligeras de ropa que se vestían sus bellas » masajistas”. El propio Nerón era tratado con las «caricias» de estas «masajistas» y se dice que mandaba a los leones a aquellas «cariñosas masajistas» que le hiciesen daño o no le satisficiesen.
Pero, de forma general, en Roma se crean muchas termas y los masajes llegan a ser de enorme popularidad potenciando su uso con las propiedades de los aceites y esencias. Los romanos también relacionaban la enfermedad con la mala alimentación, la vida sedentaria y estados emocionales alterados.
Masajes en el Islam
El centro geográfico de la cultura del islam es La Meca. Allí nació Mahoma en el año 570 a.C, en apenas 100 años esta cultura se extendió desde el Atlántico a la India. Sus nuevas conquistas les amplían sus conocimientos y al igual que el Imperio Romano los desarrollan a su manera, introduciéndoles u omitiéndoles algunos conceptos. Buen ejemplo de esto es el baño turco, también llamado hamman inspirado en los diversos tipos de sauna ya existentes en culturas anteriores, añadiéndole masaje, «azotes» con ramas de abedul, contrastes…
Habituados a vivir en el desierto, eran conscientes de la importancia del agua. Cuando llegaron al sur de la España, descubrieron los acueductos y las acequias, los patios con surtidores de agua y las termas. Desarrollaron y ampliaron el estudio de las técnicas relacionadas con el agua y difundieron el uso del baño y lo llevaron a todos los rincones del país, haciéndolo accesible a toda la sociedad: ricos y pobres, mujeres y hombres, mayores y pequeños, musulmanes, judíos y cristianos, dando paso a los denominados “baños árabes”.
En el campo de la medicina hicieron traducir al árabe obras de medicina griega, china e hindú, añadiéndoles nuevos estudios y conceptos propios. Pero no debemos de olvidar que en esta cultura eran siempre sus obligaciones religiosas las que regulaban su higiene antes de orar. En el año 1.000 d.C. el célebre médico árabe Avicena redactó un tratado sobre baños, masajes, musicoterapia, sueño y reposo.
Masajes en el cristianismo
Con la llegada del Cristianismo a Europa, el gran auge alcanzado por la medicina, terapias naturales, hidroterapia, filosofía, etc. alcanzó su fin. Los cristianos empezaron a pensar que tanto desnudo y manoseo era sin lugar a dudas cosa del diablo, más aún cuando había mujeres implicadas con poca ropa y con caricias excesivamente agradables tal y como preferían los romanos, por lo cual no fue difícil su demonización por parte de la iglesia. Fueron desapareciendo todos los centros de gimnasia y los baños.
El masaje terminó siendo un pecado mortal, llegando a condenarse la desnudez, incluso para bañarse. Los masajes eran para ellos algo erótico y centrado en la perdición, por lo que acabó practicándose sólo en casas de prostitución. Se frenan todos los avances médicos, al considerar la enfermedad como un castigo de dios, quedando la curación a expensas de este mediante rezos y fe. Europa sufrió pués el fin de buena parte de su sabiduría, sumiéndose en un abismo, del que sólo unos cuantos curanderos pudieron salir, aplicando los conociemientos a escondidas y bajo amenazas de muerte por brujería, en especial durante la Inquisición, y fueron éstos los que mantuvieron remedios y costumbres en los cuales sólo su eficacia explica su supervivencia.
Masajes en el renacimiento
En torno al año 1.400 surge el denominado Renacimiento y con él, tras siglos de oscuridad, surgen nuevos anhelos de libertad en el arte, la ciencia, la medicina, los descubrimientos, las invenciones… El Renacimiento se desarrolló, como es lógico, en los países anteriormente invadidos por el Imperio Romano. Comenzó a resurgir el masaje como método de curación y alivio de diversos males. En cierto modo esto se lo debemos, entre otros, a Ambroise Pare (1517-1590), cirujano de origen francés que investigaba y practicaba con los heridos de los campos de batalla de la época. Ambrose aplicaba masajes en muñones, cicatrices y músculos atrofiados, más con fines higiénicos que terapéuticos y publicó numerosas páginas dedicadas a exaltar el arte curativo del masaje. También clasificó los difererentes tipos de maniobras manuales. En una de sus publicaciones describió los efectos curativos y positivos del masaje. La corte francesa requirió más tarde sus servicios, y trabajó para ésta durante varios reinados consecutivos.
Masajes durante ele Barroco
Durante el nacimiento del Barroco se exaltaron aún más todas las formas de arte, en cambio el masaje continuaba siendo una práctica casi excepcional. En 1715 comienza en Francia el reinado de Luis XV (el bienamado). La famosa Madame Pompadour puso de moda el baño, a raíz de la recomendación de esta técnica por parte de su médico, el cual había cursado estudios de medicina en China.
Masajes en el neoclasicismo
Con la aparición del Neoclasicismo (1800 d. C), resurge el arte griego y romano. Nuevamente se retoma el uso de aceites, ungüentos, baños y, como no, masajes, empezando así, como si de una espiral se tratase, el resurgir de las técnicas manuales, naturales e hidroterápicas. Hacia finales de 1800 se restableció el masaje como práctica científica para el mantenimiento de la salud y tratamiento de algunas enfermedades.
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