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¿Qué es la hidroterapia y que beneficios tiene?

La hidroterapia como método de sanación

Inicialmente, el uso de la hidroterapia era un ámbito pasivo, y en el año 2400 a.C. el agua era utilizada por la cultura proto india para instalaciones de higiene y solo en el año 1500 a.C. comenzó a usarse con fines curativos, para combatir la fiebre, en parte de los hindúes que predicaban al agua. Los griegos utilizaban los lugares cercanos a los manantiales como centros de baño y recreación. Hipócrates (460-375 a. C.) descubrió que aquellos sumergidos en agua reportaban menos molestias en las articulaciones y una reducción de los espasmos musculares.

¿Qué es la hidroterapia y cuál es su origen?

Posteriormente, los romanos ampliaron los centros balnearios hacia la salud y la higiene, como forma de descanso o actividades lúdicas e intelectuales. No fue hasta los siglos XV, XVI y XVII que el agua comenzó a recibir cierto reconocimiento por parte de la comunidad médica occidental, pero todavía como una forma pasiva en la que se utilizaban baños calientes, fríos y templados. En el siglo XIX se empezaron a utilizar los baños calientes para tratamientos neurológicos, psiquiátricos e incluso quirúrgicos.

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El uso activo del agua se hizo más común a finales del siglo XIX, con el uso de ejercicios en agua caliente. En 1930 aparecieron las primeras investigaciones y artículos en revistas profesionales sobre terapias en piscina, y en 1937 apareció el primer artículo que mencionaba la naturaleza, frecuencia y duración de los ejercicios para las deformidades óseas y la mejora de la función muscular. Después de la Segunda Guerra Mundial, el empleo de la hidroterapia comenzó a tener una vertiente rehabilitadora en diversas enfermedades, particularmente la polio.

Behrend, en 1960, mencionó que la hidroterapia comenzó a utilizarse mucho antes que todas las demás modalidades terapéuticas que tenía disponibles la fisiatría. Además, con el paso de los años, todas las demás intervenciones desaparecieron, permaneciendo la hidroterapia, incluso si su fundamento se basaba en un método empírico. Actualmente, todo el método ya está respaldado por una mayor investigación relacionada con las propiedades del agua, la fisiología de los ejercicios acuáticos, así como el reconocimiento de las técnicas utilizadas.

Los beneficios de la hidroterapia se relacionan con los efectos que las fuerzas físicas del agua tienen en el cuerpo y cómo el ejercicio sumado a estos cambios fisiológicos puede tener un efecto positivo en la recuperación funcional del usuario. Ciertamente, a todo este conocimiento hay que sumarle la fisiopatología para definir constantemente objetivos específicos con el fin de determinar el mejor plan de tratamiento a establecer.

¿Qué es la hidroterapia y que beneficios tiene la temperatura del agua?

La hidroterapia debe realizarse en piscinas terapéuticas, donde se combinan los efectos de la inmersión en agua termoneutra (32°-35°C) con el ejercicio. Esto puede realizarse de forma individual, como parte integral de un programa de rehabilitación, o puede realizarse en grupo, añadiendo así un componente social a todos los beneficios del medio ambiente.

Las propiedades hidrostáticas, hidrodinámicas y termodinámicas del agua permiten al organismo sumergido tener una sensación de confort, seguridad y alivio de carga en las articulaciones, permitiendo también la reducción del edema, la facilidad en la realización de movimientos, la mejora de la circulación periférica y el dolor.

Además, el agua también crea resistencia al movimiento, trabajando todas las funciones musculares, incluidos los ejercicios de respiración, y también puede crear cierta inestabilidad en el cuerpo, permitiendo así trabajar el equilibrio. Así, son innumerables los efectos fisiológicos que provoca la inmersión y/o el ejercicio acuático. Por ejemplo, en el sistema cardiovascular se produce un aumento del gasto cardíaco y una disminución de la frecuencia cardíaca, que aumenta con la carga de trabajo. Todos estos cambios ya provocan trabajo cardíaco, mejorando así la función cardíaca.

¿Qué es la hidroterapia y que beneficios tiene sobre el aparato locomotor?

En el sistema respiratorio, la presión del agua sobre el pecho altera la dinámica respiratoria, permitiendo un aumento del trabajo de los músculos respiratorios, mejorando así la capacidad pulmonar general. En el sistema renal hay un aumento en la producción de orina. En el sistema musculoesquelético, el hecho de que aumente el gasto cardíaco también mejora la distribución de la sangre a los músculos, aumentando la disponibilidad de oxígeno para el trabajo muscular, reduciendo así los productos tóxicos del metabolismo muscular y los espasmos musculares, mejorando el rendimiento físico y neuromuscular.

La acción del agua sobre el sistema neurológico favorece el alivio del dolor estimulando constantemente las terminaciones nerviosas sensoriales, aumentando el umbral del dolor. Además, la hidroterapia permite un estado de relajación, favoreciendo una reducción de la ansiedad y el estrés, permitiendo una mejora de la sensación general de salud y bienestar.

En definitiva, la hidroterapia demuestra numerosos beneficios generales para la salud y la longevidad, pudiendo utilizarse en diferentes grupos de edad y en diferentes patologías, como las enfermedades reumatológicas.

como, en lesiones vertebro-medulares, parálisis cerebral, Parkinson o lesiones musculoesqueléticas pre y posquirúrgicas.

Sin embargo, existen contraindicaciones para el uso del medio con agua a 33°, que deben estar siempre presentes. Estos se pueden dividir en absolutos y relativos. En casos absolutos, quedará excluido el programa de rehabilitación en el medio acuático, correspondiendo al profesional de la salud derivar al usuario a una terapia más adecuada. Los riesgos relativos pueden ser evitados y controlados por el uso del medio, correspondiendo al profesional de la salud advertir de las consecuencias, teniendo siempre en cuenta todas las precauciones.

Ejemplos de contraindicaciones absolutas:
• Insuficiencia cardíaca inestable o grave
• Hipotensión inestable o hipertensión
• Embolia pulmonar reciente
• Pirexia (fiebre)
• Problemas gastrointestinales (vómitos y diarrea)
• Yeso
• Síntomas agudos de trombosis venosa profunda
• Enfermedades clínicamente inestables o infecciosas (por ejemplo, hepatitis B o tuberculosis activa)

Ejemplos de contraindicaciones relativas:
• Heridas abiertas u otras erupciones cutáneas (use protecciones biooclusivas)
• Disminución de la capacidad respiratoria o debilidad de los músculos respiratorios (el profesional de la salud debe valorar el estado y determinar si está apto para ingresar al medio acuático)
• Epilepsia
• Diabetes
• Hipersensibilidad a las sustancias químicas
• Tímpano perforado
• Problemas circulatorios periféricos
• Incontinencia urinaria y fecal.
Actualmente la hidroterapia está bien fundada en cuanto a propiedades, efectos fisiológicos así como beneficios y técnicas a utilizar. Sin embargo, hay muchos estudios clínicos que permanecen guardados en un cajón, y es sumamente importante que avancen hacia publicaciones científicas.

“A VECES SENTIMOS QUE LO QUE HACEMOS ES UNA GOTA DE AGUA EN EL MAR. PERO EL MAR SERÍA MÁS PEQUEÑO SI LE FALTAR UNA GOTA”
MADRE TERESA DE CALCUTA

Fuentes:
1. Campión, M. (2000). Hidroterapia: principios y práctica. 1ª edición. Editora Manole Ltda.
2. Caromano, F. y Nowotny, J. (2003). Principios físicos que subyacen a la hidroterapia. Fisioterapia Brasil. 3(6): 1-9
3. Sacchelli, T., Accacio, L. y Radl A. (2007). Fisioterapia Acuática. 1ª edición. Editora Manole Ltda.
4. Becker, B. (2009). Terapia acuática: fundamentos científicos y aplicaciones de rehabilitación clínica. PM&R. 1(9): 859-872
5. Ruoti, R., Morris, D. y Cole, A. (2000). Rehabilitación Acuática. 1ª edición. Editora Manole Ltda.
6. Hanson, B. (1998). Ejercicios Acuáticos Terapéuticos. 1ª edición. Editora Manole Ltda.

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