¿Quieres saber qué relación tiene la musicoterapia con la medicina? ¡Sigue leyendo!
La musicoterapia es una disciplina basada en el uso de la música como herramienta educativa, rehabilitadora o terapéutica.
Se sabe desde hace mucho tiempo cómo escuchar e interpretar sonidos y melodías puede actuar sobre los estados de ánimo y las emociones , en virtud de sus propiedades relajantes o estimulantes.
Sin embargo, más recientemente, el interés científico se ha centrado en la posibilidad de explotar esta práctica como terapia complementaria, en diversas condiciones patológicas y parafisiológicas.
La musicoterapia puede mejorar la salud del paciente
La experiencia musical puede influir en muchas áreas, como las funciones cognitivas, las habilidades motoras, el desarrollo emocional, las habilidades sociales y la calidad de vida.
¿En dónde se puede aplicar la musicoterapia?
La musicoterapia se puede aplicar al embarazo, la enseñanza escolar o la terapia en las salas de medicina oncológica, paliativa y geriátrica. Según el caso, las formas de abordar esta disciplina son diferentes y pueden incluir, por ejemplo, escuchar canciones, tocar con instrumentos, improvisación libre, cantar, bailar o moverse.
En las estructuras escolares, la musicoterapia se utiliza generalmente con fines psicopedagógicos, ya que puede contribuir a la organización de una personalidad equilibrada y madura.
Papel de la música en la medicina
La relación música-cuerpo ha sido objeto de interés desde la antigüedad y, con el desarrollo de la medicina moderna, se ha intentado profundizar en el potencial curativo de escuchar o producir melodías, haciendo uso de medios cada vez más refinados (neurociencia).
Con el tiempo, se han estudiado y confirmado los efectos beneficiosos de la música, tanto sobre las funciones cognitivas como fisiológicas del ser humano; Uno de los objetivos de estas investigaciones fue indicar qué enfermedades podrían beneficiarse de la experiencia musical.
Hoy en día, se sabe que la disciplina se puede asociar con éxito a las terapias psiquiátricas:
Escuchar y cantar puede reducir, por ejemplo, los síntomas de la esquizofrenia y controlar los estados de agitación asociados a la demencia, mejorando la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
Ideal para niños con TEA
Algunos hallazgos científicos indican que la musicoterapia puede ayudar a los niños con trastornos del espectro autista al mejorar sus habilidades en la interacción social, la comunicación verbal y el inicio de conductas con propósito.
La musicoterapia también puede ser útil en patologías que causan condiciones de marginación (por ejemplo, afasia, amnesia etc.), permitiendo al paciente expresar y comunicar emociones, sentimientos y estados de ánimo a través del lenguaje no verbal.
La música se puede utilizar como una herramienta para facilitar el movimiento y la rehabilitación neurológica después de un accidente cerebrovascular
Otros estudios han registrado los efectos beneficiosos de la musicoterapia sobre los niveles de ansiedad de los pacientes con enfermedades cardíacas y pulmonares graves.
Finalmente, se ha demostrado que la música es eficaz para aliviar los estados de ansiedad y la percepción del dolor, incluso en condiciones complejas, como en pacientes en espera de procedimientos médicos o cirugía.
Que es la musicoterapia
La musicoterapia ha alcanzado una posición destacada en el campo de las intervenciones psicológicas desde los años sesenta.
Esta disciplina implica el uso de la música, el sonido, el ritmo y el movimiento para facilitar y facilitar la consecución de diversos objetivos, como la docencia, la rehabilitación o el manejo de la condición patológica.
La musicoterapia se realiza con el aporte de un musicoterapeuta cualificado, que se dirige a un único usuario o grupo de personas con el fin de planificar intervenciones útiles para desarrollar o mantener habilidades cognitivas, emocionales, sociales o físicas (como la coordinación motora).
En concreto, para emprender un camino terapéutico con los pacientes, estos operadores deben tener habilidades psicológicas y médicas, así como tener experiencia en el campo de la música.
Los métodos de abordaje del musicoterapeuta pueden ser básicamente de dos tipos:
- Musicoterapia activa (tocar): la interacción entre el musicoterapeuta y el paciente se produce a través de la producción directa de sonidos utilizando la voz, instrumentos musicales u objetos simples;
- Musicoterapia receptiva (listening): se basa en escuchar música; al paciente se le atribuye cierta actividad en la percepción, en la imaginación y en la elaboración de las melodías propuestas.
Relación cuerpo-música
Los resultados de investigaciones científicas encaminadas a comprender sobre qué mecanismos fisiológicos intervienen la música, han establecido que esta es capaz de influir en el eje hipotálamo-pituitario y en el sistema nervioso autónomo (el mismo que controla otras funciones involuntarias como la digestión y los latidos cardíacos).
Actuando a tales niveles, el sonido podría modular una serie de respuestas metabólicas
El bienestar mental que se experimenta al escuchar una pieza musical, por ejemplo, sería debido a la capacidad de la melodía para activarse en el cerebro y redes neuronales relacionadas con el placer: las notas desencadenan la producción de endorfinas, que mejoran el estado de ánimo y condicionan la relajación.
Descubrimientos más recientes han demostrado un papel positivo de la música en la recuperación metabólica del estrés, en la motilidad gástrica e intestinal y en la reducción del nivel de ansiedad, con un efecto protector sobre el sistema cardiovascular. En algunos casos, los estudios científicos han revelado beneficios ya en el útero, es decir, desde el período prenatal.
A lo largo de los años, se han demostrado los efectos beneficiosos sobre la actividad física
escuchar música durante el entrenamiento ayudaría a aumentar la velocidad de los ejercicios y resistencia al esfuerzo, mejorando el rendimiento deportivo. Esto es posible gracias a la estimulación de la región del cerebro responsable de la planificación y ejecución de los movimientos.
Más allá del rendimiento deportivo, la investigación científica muestra que escuchar música durante el ejercicio puede ayudar a la coordinación corporal y las habilidades motoras.
Campos de aplicación
En lo que respecta a la terapia y la rehabilitación, las áreas de intervención de la musicoterapia conciernen principalmente a la neurología y la psiquiatría, con especial referencia a:
- Autismo infantil
- Síndrome de Tourette
- Retraso mental
- Discapacidades motoras;
- Enfermedad de Alzheimer y otras demencias;
- Enfermedad de Parkinson
- Amnesia
- Afasia y trastornos del habla similares;
- Psicosis
- Alteraciones del estado de ánimo;
- Estados depresivos;
- Trastorno bipolar
- Trastornos somatomorfos (como síndromes de dolor crónico)
- Trastornos de la alimentación (anorexia nerviosa)
- Los principales objetivos a perseguir con la musicoterapia incluyen:
- Estimular la comunicación y permitir que el paciente exprese libremente sus emociones
- Mejorar las alteraciones del comportamiento que son difíciles de controlar (como la
- agresión, el aislamiento o la ira)
- Reducir el uso de drogas psiquiátricas
- Mantener o estimular habilidades residuales, mejorando la calidad de vida
- Musicoterapia en la infancia
- Durante la infancia, la música puede influir en el desarrollo cognitivo, lingüístico, emocional y social del niño estimulando determinadas áreas del cerebro.
Aprender a tocar un instrumento puede facilitar el aprendizaje
Mejora la capacidad de atención, contribuye al control de las emociones y a la expresión de la creatividad.
Durante la infancia, las actividades musicales hacen que uno sea más hábil para leer y reconocer palabras, ya que, al jugar con las dos manos, se activan las cortezas visuales de ambos hemisferios cerebrales. Incluso la ‘ escucha tiene sus ventajas, ya que el ritmo y las melodías pueden tener efectos positivos en la concentración.
La musicoterapia encuentra una aplicación útil en el tratamiento de la dislexia
en varios casos, los niños que se dedican a tocar un instrumento han mostrado una mejora en la corrección de la lectura y la escritura y en las pruebas de segmentación y fusión fonética.
En los niños con síndrome de Down, sin embargo, la musicoterapia puede asociarse con técnicas psicomotoras y logopedia. Este enfoque permite mejorar el conocimiento del cuerpo, el desarrollo de la percepción y la organización temporal, la coordinación motora y la verbalización.
En la infancia, la intervención de la musicoterapia también puede ser útil en el manejo del autismo, patología caracterizada por un deterioro cualitativo de la interacción social, que se manifiesta a través de conductas no verbales anormales, incapacidad para desarrollar relaciones con pares adecuadas al nivel de desarrollo y falta de reciprocidad emocional.
En estos pacientes, la experiencia musical debe tener como objetivo desarrollar técnicas de comunicación, estimular la empatía y fortalecer la expresión de las emociones. Por tanto, la musicoterapia permite que el mundo exterior se comunique con el niño autista, favoreciendo el inicio de un proceso de apertura.
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